Si te has preguntado ¿qué quieres ser en la vida?, ¿cuáles son tus metas?, ¿qué quieres cambiar de ti y en cuánto tiempo?, vas muy bien. Ya tienes los primeros insumos para comenzar a definir tu proyecto de vida.
El proyecto de vida es un plan organizado que nos permite darle sentido a nuestra existencia dentro de un contexto real y viable; es decir, saber hacia dónde queremos dirigir nuestra vida para explotar al máximo las capacidades humanas, afectivas, intelectuales, físicas y espirituales que poseemos.
Es indispensable quererse y creer en sí mismo (la autoestima es el punto de partida); tener propósitos concretos y definidos de manera afirmativa (si lo crees, lo logras); priorizar (cada caso tiene su momento); y ser flexibles (tenemos que estar preparados para modificar algunas decisiones en el camino).
Pasos a seguir:
- Identifica tus valores, creencias, expectativas, sueños, temores, cualidades, defectos, actitudes y comportamientos propios. Escríbelos, esto te ayudará a reconocerte.
- Establece objetivos y metas en lo personal, familiar, social, laboral escolar y espiritual.
- Valora los factores personales y externos que pueden facilitar o dificultar tus objetivos.
- Haz una lista de las diferentes opciones que tienes al alcance, considera las consecuencias de cada una y luego selecciona la mejor alternativa.
- Define acciones y tiempos concretos para alcanzar cada meta.
- Evalúa permanentemente el proceso, esto te ayudará a detectar fortalezas y dificultades que pueden presentarse para tomar las correcciones necesarias.
Son muchas las ventajas de elaborar y cumplir con tu propio proyecto de vida: para empezar le da sentido a lo que haces diariamente, aumenta tu satisfacción personal, te enseña a tomar decisiones y a enfrentar nuevas situaciones con mayor asertividad. Ganas en autoestima y autonomía. ¡Empieza hoy mismo!
